Conocido popularmente como el Rey de la Selva y protagonista de cuentos y películas, el león son los únicos felinos a los que les gusta vivir en grupo. Conviven en manadas junto a otros machos, hembras y cachorros de su familia.
Los leones machos son fácilmente reconocibles por su impresionante melena. Son animales de gran tamaño: alcanzan los 2,5 metros de longitud y pueden llegar a pesar 300 kilos, siendo el segundo felino más grande después de su pariente el tigre. Sus colmillos son afilados y pueden llegar a medir hasta nueve centímetros. Las hembras son más pequeñas, apenas alcanzan 1,75 metros.
El territorio de los leones puede abarcar hasta 260 kilómetros cuadrados, una zona que los machos marcan con orina y defienden agresivamente. Sus rugidos amenazadores avisan a los intrusos que buscan invadir su territorio.
Los leones cazan en grupo y son las hembras las principales cazadoras de la manada. Juntos abaten antílopes, búfalos, ciervos, jabalíes, cebras, ñus y otros grandes animales de las praderas abiertas. Muchos de estos animales son más grandes y más veloces que los leones, por lo que el trabajo en equipo es la mejor manera de atrapar a estas presas.
En el pasado, los leones se encontraban en la mayor parte de África y en zonas de Asia y Europa. Hoy solo quedan en algunas partes del África subsahariana, a excepción de una pequeña población de leones asiáticos que sobreviven en el Bosque de Gir, en la India.
En concreto, el león del Atlas o Berberísco (Panthera Leo Berberisca) es una de las especies del norte de África que ya no se encuentran en libertad. Sólo es posible ver a estos felinos en reservas naturales o zoológicos. El Zoo Aquarium de Madrid alberga varios ejemplares de leones del Atlas, inconfundibles por su melena negra y por ser los leones más altos y delgados de África.