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Este pequeño ciervo es endémico de China. También le llaman “el ciervo que ladra” por el característico sonido que emite cuando se siente amenazado.
Destacan sus grandes colmillos superiores que llegan a medir 6 centímetros en el caso de los machos. Sus visibles glándulas preorbitales están al servicio de la comunicación química. Sólo los machos presentan astas, las cuales renuevan cada verano.
Es sorprendentemente omnívoro ya que, además de bambú, frutas y follaje, llega a comer huevos, carroña y hasta pequeños mamíferos.
La especie es básicamente solitaria, aunque a veces se la encuentra en parejas o pequeños grupos familiares.
De hábitos crepusculares, son animales territoriales y solitarios. Los machos compiten entre sí mediante peleas en las que emplean sus colmillos y astas.
Las hembras alcanzan la madurez sexual alrededor de los 7 meses. Tras una gestación de 210 días aproximadamente nace una cría. Los jóvenes crecen deprisa y a los 6 meses abandonan el territorio de la madre.